No se trata de una retrospectiva
extracto del libro
"Esto no es una retrospectiva"
¿Cómo dan forma a la estructura la rigidez y la dinámica? ¿Qué necesita una estructura para soportar el conjunto? ¿Qué apertura a las variaciones es posible, incluso necesaria? ¿Cuándo se desintegra una estructura para reformarla? ¿Cómo ocurre una transformación dentro de una estructura? ¿Y cómo captamos la similitud de una estructura en diferentes apariencias? Valentiner da un motivo explícito a sus últimas obras. Él llama "Huracán" a las formas en blanco y negro que se condensan en un vórtice hacia el centro de la imagen.
Reducidos al blanco y negro, parecen más precisos que los campos de estructuras coloreadas de Valentiner. Si en pinturas anteriores el ojo siempre se perdía en la confusión de colores y el anonimato abstracto, ahora es inevitablemente atraído por la profundidad y el significado. Valentiner muestra que la estructura se dinamiza y que la diversidad de formas se convierte en movimiento. Si bien hasta ahora ha estado interesado en la impenetrabilidad de los tejidos estructurales complejos, ahora centra su interés artístico en los procesos individuales dentro de la estructura.
El elemento de estas imágenes no es la irritación, sino el enfoque de la mirada en una sola figura básica. Si Valentiner usa la tecnología para componer estas variaciones, solo confirma su creencia de que la estructura es más poderosa que el hombre. Lo que cuenta para él no es el curso único de una pincelada, sino la claridad de una imagen que va más allá de los pequeños esfuerzos de agitación individual. El yo humano es tan impotente e insignificante como la cultura humana en su conjunto, en el sentido de que es solo un caso anterior insignificante en el universo. Sin embargo, o precisamente por eso, los hombres renuevan obstinadamente la afirmación de su poder y de su especificidad. A pesar de todo el conocimiento de la psicología, el ego se celebra a sí mismo sin dejarse impresionar por todos los defectos humanos y la imprevisibilidad.
La naturaleza sigue siendo "señora" de su propia casa. E incluso las perturbaciones en el equilibrio del ciclo de la naturaleza hasta ahora no han hecho ninguna diferencia en el hecho de que la cultura occidental continúa el curso audaz y destructivo de su dominación sobre la naturaleza.