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Las capas de color crean perspectiva y profundidad



La pintura de Peter Valentiner en el Kunstverein


Con el danés Peter Valentiner, el Kunstverein presenta de nuevo a un artista que se ha dedicado exclusivamente al color y a los planos de color abstractos. Peter Valentiner, nacido en 41 años en Copenhague, estudió y desarrolló diversas actividades artísticas en Tours (Francia), trabaja como profesor en la Academia Europea de Bellas Artes de Tréveris desde 1979 y expone por primera vez en Marburgo.


Sus pinturas acrílicas de gran formato viven enteramente de los diferentes campos de color, que se aplican en varias capas y se distinguen claramente entre sí mediante claras demarcaciones. A través de sus cuadros, Valentiner quiere poner al espectador en una posición desde la que pueda obtener una nueva forma de ver las cosas. "Cada cuadro es una representación en la que el color se transforma en luz y la forma en espacio. A través de esta relación espacio-luz, se crea una obra en la que se expresa un mundo: el del equilibrio, la tensión y la profundidad". Así formula su afirmación el propio Valentiner. Mientras que en las obras anteriores hay una mayor búsqueda de la forma-color y el movimiento, que termina en un auténtico torbellino de color, como puede verse en el catálogo expuesto, los cuadros de Valentiner que se muestran en la sala de exposiciones del Kunstverein son más bien homogéneos en su estructura e inmóviles. La técnica es la misma en todos los cuadros: la primera capa de pintura se obtiene cubriéndola con plantillas de papel de formas geométricas irregulares. Las zonas descubiertas se cubren con una nueva capa de pintura, la segunda capa se vuelve a cubrir y se pinta con pintura nueva. Dependiendo de la luminosidad, las distintas capas de color pasan al primer plano o se desplazan hacia el fondo, de modo que se crean transparencias y profundidades amplias, pero también irritaciones a través de los campos de color superpuestos y ocultos. En el cuadro "Sehnsucht" (Anhelo), Valentiner eligió los colores simbólicos rojo y azul como tonos básicos para las distintas capas, predominando el azul en diversos matices. Los colores se aplican con pinceladas ásperas, que permanecen visibles como un conducto y un movimiento. Las formas geométricas irregulares de las superficies coloreadas también crean un ritmo que se corresponde con la inquietud interior. El color rojo no vuelve a interrumpirse ni a superponerse.


n las obras creadas entre 81 y 85 predominan los tonos más apagados y oscuros. En cambio, el cuadro "Delft", fechado en 1986, se mantiene en tonos llamativamente claros, blanco, amarillo claro y morado claro, por lo que parece amistoso y alegre. Podría indicar un nuevo periodo de color en el trabajo de Valentine.


Los numerosos dibujos dispersos por varias salas de exposición, como suele ocurrir con los constructivistas. En cuanto a su importancia, están muy por detrás de la obra pictórica de Valentiner y cabe preguntarse por qué no se prescindió totalmente de ellas. No obstante, merece la pena ver la exposición y prestarle atención.


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