Un intento de expresar el arte vivo en el corazón de las provincias.
Un deseo de estructuras que permitan al artista aislado desarrollarse más plenamente dentro de una ciudad.
Una posibilidad de penetrar en las diferentes fases del arte actual.
Un muro entre el hombre y la esterilidad intelectual provocada por la invasión tecnológica.
Una invitación al público a participar en los diversos problemas espirituales y plásticos que plantea nuestro mundo actual.
Una esperanza para la integración del Arte en la sociedad venidera.
Un espectáculo dispuesto a llevarse a la leñera al grito de : "A las Artes, Ciudadanos...".
Para el Grupo 37
P. Valentiner
Comments