Wolf y Valentiner se apretujaron en una exposición.
Siegburg - Cuando dos artistas amigos crean obras muy contrastadas, uno con una actitud narrativa expresiva, el otro haciendo obras conceptuales formales, entonces una exposición conjunta quizá no sea una buena idea. Aquí Walter Wolf fabula con colorido y opulencia pictórica, allí Peter Valentiner varía gráficos abstractos en blanco y negro asistidos por ordenador. Resulta evidente que las dos obras no encajan. No son opuestos, sino que no están relacionados, y esto no crea tensión.
Sin embargo, el Stadtmuseum coloca a Valentiner y Wolf uno al lado del otro con la afirmación de que se trata de una exposición, Hay dos. La parte de Valentiner es menos interesante porque su concepto y su procedimiento son bastante sencillos: entinta pulcramente en blanco y negro zonas rodeadas de círculos, lo que recuerda a los ejercicios de una clase avanzada. Lo pone todo en una rotación más o menos fuerte alrededor del centro y lo llama "huracán". A muchos niños les gusta hacer este tipo de cosas en sus ordenadores. 30 torbellinos precisos cuelgan de la pared, ampliados a grandes formatos, y oscurecen la vista más de lo que la abren a nuevas dimensiones.
En cambio, los cuadros de Wolf son más emocionantes: al estilo del Art Brut, representa escenas de nacimiento y muerte o hace aparecer misteriosos "fumadores de magia negra". Expone una "Deposición desde la cruz" y una colección de cabezas lúgubres y destruidas. Las figuras de Walter Wolf son seres vulnerables. El patetismo y lo lúdico entran en una combinación notable e irónicamente rota en estas imágenes. El coloreado y el dibujo -a menudo rayados en la pintura-, así como las piezas de collage, aportan atractivo estético.
Stadtmuseum, hasta el 2 de diciembre; abierto todos los días excepto los lunes de 10 a 17 h, los jueves hasta las 20 h y los domingos hasta las 18 h.
Jürgen Röhrig
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